Observo tus mediterráneos
Ojos verdes y hermosos,
Que a mi alma en un instante poseyeron,
Dejando mi humilde corazón abierto.
Bajo el atardecer de este rojo cielo,
Derramando lluvia sobre los cerros,
Acarreada por los lejanos vientos,
Que rodean lo esbelto de tu cuerpo.
Entre tanto tus labios vas acercando,
Y mi boca tus besos está esperando,
Tu beso puro, inocente y blanco,
Bajo la luz tenue de los astros.
Que ilumina los distantes tejados,
Que nos miran mientras estas en mis brazos,
Y nos cubre el ancestral polvo de atrás años,
Que juntos nos encontraron y atraparon.
De las caricias con abrazos,
De los besos sin reclamos,
Que nos damos debajo del árbol,
Los dos por siempre amados.
“En el acecho de los vientos, distantes y discretos, son mis besos que te doy en tu boca llena de destellos.”