Recuerdo aquel camino de flores rojas,
de las pequeñas aves amarillas,
del sol al pies de la montaña inmensa,
de frutas escondidas en las hojas,
de las luces de tu mirada intensa,
del rubí rosado de tus mejillas.
¿Recuerdas? la tarde nos esperaba
cubría con sus sombras el secreto
de aquellos besos que nadie miraba,
de las manos tímidas navegaban
unidas por un mismo sentimiento.
Al llamado de la primera estrella
la noche cantaba los dulces versos
de una rima distinta apasionada,
como tus pechos claros mujer bella,
tus gemidos sensuales y dispersos
arrancaban las caricias ansiadas
hasta dorminos juntos en silencio.