Siento que mis alas se han roto.
En tus manos aún queda rastro
de polvo de hadas,cuando volar
era tan fácil,cuando la velocidad te atrapaba,
y te arrastrabas hacia otra dimensión.
Todo se movía al compás
de la rutina,pero tú la quebraste,
tú hiciste de una lágrima un río
y de una nota ,una canción.
Parecía que la muerte nos acechaba,
en cada esquina nos esperaba.
Tú pasabas delante de ella,impasible
y le dabas los buenos días.
Tú transformabas la celeridad,en velocidad.
Tú eras la velocidad de la luz,
corriendo por mis venas.