Silencio
Siempre oí el silencio que es igual a la ausencia.
Busqué ese llamado que me vuelva hacia fuera,
Esa voz de otro mundo, que la razón silencia,
Que se lleve muy lejos este humo de hoguera.
Y siempre busqué nada, perseguí la demencia,
El leve hilo de Ariadna, la última quimera,
Ocultar entre sueños esta vieja conciencia.
Un susurro de nubes, una brisa postrera.
Es que hay una angustia que camina en mi sombra,
Que no acepta que todo es viaje y olvido,
Que todo pasa como la eternidad y el viento.
El silencio del mundo se alza y no me nombra.
Ay de los que quedamos, cuando todo se ha ido,
Abiertas las entrañas, con vida y sin aliento.