Y en ese lugar donde la paz acaricia
como suave terciopelo cada poro de la piel,
allí quiero estar yo;
con las ropas raídas fiel reflejo de viejo caminante,
y el alma cansada y la mano aún tendida,
allí quiero estar yo.
No me busques donde el grito,
ni allá donde el agua no llega;
no me llames por mi nombre,
no me sigas y no me esperes… solo sueña.
Un lugar donde el rocío de la mañana
bese y vuelva a hablar de vida;
donde la noche se despida dejando
el titilar de las estrellas en tu recuerdo;
donde el aire te llene y te lleve
y sientas te abandona entre fragancias donde veas,
con la intensidad y verdad que tienen los ojos cerrados,
nuevos presentes de mágicos colores.
Es allí donde de nuevo podemos quedar
para intentar volver a ser;
allí donde el poeta en su sueño, se vuelva a comprender,
y donde el pintor, redimido por su pincel,
pueda volver a pintar mañanas donde creer.
(Jpellicer)