La tristeza es una flaca esqueletuda
prima hermana de la parca, de la muerte
tiende redes con que pesca a los incautos
cargados con el tedio de la vida.
La tristeza me abraza, y me le esquivo:
a veces, conversamos en la esquina.
Llega hasta ala puerta de mi casa
no entra, porque en ella escribo mis poesías.
No le gusta el poema 20 de Neruda
pues ''tiritan los astros a lo lejos''
y aunque tiriten dan luz aunque pequeña
y la tristeza vive en las tinieblas.
No escucha la música de Piero,
pues, se ríe en ''Los americanos''.
La tristeza no recibe aplausos
a pesar que se presenta en escenarios,
de pobres, de ricos o de los condenados.
No tiene marido definido,
aunque casi con todos se acuesta desde temprano.
La tristeza es una puta, la maldita,
aunque con el perdón de las boquitas pintadas.