EL SATORI DE LOS DESDICHADOS
Autor: Eduardo Carreño L
Quieren expresarse pero el dolor ahoga sus gritos,
sufren, derraman miradas en un mundo que no los ve,
son ecos silentes, la desdicha los ha enjaulado,
desean retroceder el tiempo, imposible es...
Engalanan la fría noche con harapos viejos y cartones,
pretenden hacer una fiesta, un satori para volver a creer,
en que el día de mañana la suerte les sonreirá
y tendrán un mendrugo de pan para dar a sus hijos.
Sus ojos tristes y su cara tiznada por los rayos del sol
son tatuajes del sacrificio que a cuestas llevan,
buscan entre la basura de los poderosos sus alimentos,
¡Ahí van! con un carro de supermercado, pero ni los miran,
pues son seres ausentes para los egoístas de la sociedad.
¿Dónde está la unidad de los que más tienen?
¿Creerán que con unas monedas a la iglesia cubren la pobreza?
Solos, sumidos en la oscuridad de una vida que no pidieron,
juntan sus lágrimas para hacer un caldo caliente,
que alimente sus estómagos y trastoque sus espaldas
y logre ser parte del satori de los desdichados,
pretenden olvidar sus penas con una sopa caliente,
una botella de vino barato y un pedazo de pan,
así pasan los días...