Mustia la boca, que ayer fué jazmín fresco
ausente el corazón que supe mío
roja pasión que se volvió violeta
mi margarita se deshojó de frío.
A ese jardín que se abonó en costumbres
lo devoraron el silencio y su desprecio
sólo me queda una amarilla rosa
con sus labios de espina en el beso.