La tierra reseca
y el cielo azul
ven la belleza
que tienes tú.
La tierra reseca
y el cielo celeste
han visto tu proeza
en el suelo agreste.
Cuando brotas dando vida
al inhóspito paraje;
tu presencia colorida
pinta de amor el paisaje.
Cuando llegas al desierto
y logras por fin brotar,
en ese terreno yerto
eres reina del lugar.
Pocos saben tu nombre,
¡Ay florecita silvestre!
¿Será por eso que te escondes
Y no nos dejas ni verte?
Hoy quiero que sepas
con cariño te lo digo,
que cada vez que tú florezcas:
¡Habrá versos, habrá amigos!
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