Nada está en su lugar,
aunque parezcan inmoviles,
los árboles, los edificios y las calles.
Todo reposa en algo,
Se modifica cuando se le compara,
Cuando se acerca o se aleja,
Quizas a mi lente,
o al tuyo...
Tu mirada,
la mía,
se encuentran,
Se contabilizan,
saldos finales diferentes,
que generan un balance de culpa,
del que nadie quiere ser dueño.