La distancia no fue barrera
a nuestro amor
a nuestras ganas de querernos
de ser cada uno de uno
ambos de ambos...
Cierro los ojos
y mis parpados dormidos
te sueñan en silencio
como un bello ángel de luz eterna
que se cuela en mi alma,
se abraza a mis suspiros,
y es cuando no quiero
ser de ti olvido,
ni lejanía,
ni lagrimas de dolor,
solo pequeños instantes
llenos de emociones,
de sentimiento,
de amor...
Deseo ser
ante tu rostro entristecido
el rey de tus alegrías,
el hombro a tus sollozos.
Ser ante ti la fe que te motiva,
y si no puedo
ser mas que palabra ante tu tormento;
entonces, permíteme
acompañarte ante tantas angustias
que de ti estaré atento,
como el árbol quieto
que escucha la brisa
y se empapa del llanto
del cielo inmenso;
como el mar sabio
que atrapa las historias
de las estrellas que perdidas
buscan el calor de la noche.
Solo pido me permitas ser
el suspiro que te alimenta
que te viste y da fuerza,
el camino que buscas
cuando sientes que nada encuentras,
permíteme desarmarme la vida
y completarte la tuya,
permíteme arrancarme latidos
para hacer palpitar tu corazón
y así no escuchar
de tu pecho dormido
mustios quejidos
a causa del dolor,
permíteme entrar en ti,
abrir mis manos
y dejar escapar
libres y blancas gaviotas
como la leve brisa
al firmamento de tus sueños,
permíteme hacer de mis manos
mágicos pinceles
que dibujen nuevamente
tu tierna sonrisa,
de la cual quiero seguir siendo dueño.
Sólo permíteme seguir con firmeza a tu lado
que tus lagrimas son mis lagrimas
y a pesar que de tu llanto mi alma se a empapado
con ultimas fuerzas protegeré
todos tus sueños desgastados…