En el vacio eterno,
gritos de dolor susurran
desgracias traídas por rebeliones,
que luchando van por igualdades.
El infierno les reprime,
las grandes expresiones,
de pensadores liberales.
Esta tierra que llora;
sufre por sus hijos
de distinto pensar,
que ahora bajo lapidas yacen.
Por la cruda crueldad,
de mares furtivos,
torbellinos destructores,
de la vida misma.
Corazones imploran,
al cielo por misericordia.
Y al todopoderoso por justicia y
terminar el derrame de sangre inocente.