Vivo sin vivir
ya que no estas aquí,
hace tanto que te espero
que me muero porque no te tengo.
Mas, sin embargo,
el amor que por ti poseo
me retiene aun vivo;
causa en mi tal pasión, tal ansiedad,
que me muero porque no te tengo.
Pero el adiós es tan corto
y el olvido es tan largo,
que los sentimientos al final
te causan un gran dolor.
Y quizás mi amor por ti
lo mantienes preso,
en una cárcel hecha de hierro,
en la cual solo la salida me queda esperar,
pues, esto solo me causa un dolor tan fiero,
que me muero porque no te tengo.
¡Ay! ¡Que amarga y larga es la vida!,
pero, dulce como los sueños eres tu,
ya que mi amor por ti es fuerte,
y mi esperanza jamás claudica,
aun tengo la confianza de que no tardes en regresar,
que me muero porque no te tengo.
Y estando ausente de ti,
por que he de vivir,
si solo la muerte he de padecer
ya que mi vida no tiene sentido
alguno si no estas aquí,
que me muero porque no te tengo.