Carola Mayo

Amapola

Así nací, tan frasca como el ababol.

Así camine, tan lento como el caracol.

Pero que suerte fue encontrarte en mi locura,

Y qué desgracia verme derrotada por tu desamor

 

Cortinas de lágrimas, que derramaban mis ojos,

estallaban en mis labios de todos modos.

 No había lugar para la razón o la ternura,

Ya ni el corazón respondía a mi antojo.

 

Había en mi mente, sombras de tu nombre

Ahora lo recuerdo, con mucho esmero, muy poco

Por fin entendí que, por suerte, no eras mi hombre

Y vuelvo a sentir que el cielo toco

 

Así, de esa manera, vuelvo a nacer como una Amapola