Agua destilada con llovizna azul,
cae de las hojas de un árbol
plantado en mis venas.
Siento un deseo verde y natural
como si me bañara con primavera.
De viaje dentro de mi propia sangre
en un barco mercante sin tripulación.
Es el agua del árbol que me hipnotiza,
me envuelve en su baile de noche
en el que soy verso de mí mismo.