Caminando voy despacio
escuchando los gritos de dolor
que se oyen por las veredas,
y, en verdad, preocupado estoy
por saber lo que ya llega.
Todo lo que va viene,
lo que viene es porque así lo quisimos
pues decimos ser poseedores de raciocinio
pero por demostrarlo nunca nada hicimos.
No se hable del corazón,
pues abaricia, poder y dinero
son sólo algunas de esas crueles banalidaes
que llegaron a tomar el honroso lugar
del amor divino en todas sus modalidades.
Caminando voy aún
así como vamos todos
a un destino no muy lejano
del cual no hay buen augurio.
Preocupado estoy
aunque no tanto por tí que lees esto
o por mí que lo escribí
sino por todos nuestros hermanos,
esos que merecen más que nosotros llamarse humanos,
que, como en su existencia siempre fué costumbre,
sin deber nada han de sufrir.
Si no los quisimos cuidar
de menos merecían vivir en paz,
no nos preocupamos por ellos
y ¿Como pudo ser así?
no lo quiero ni recordar.
No nos conformamos
solo con maltratarlos y utilizarlos
teniamos que hacer algo mayor
y ahora sin hogar dejarlos.
El mundo no es nuestro
por alguién nos fué prestado
y aún así no lo supimos valorar,
ahora no nos queda nada
más que sentarnos y esperar
para comprobar esa ley no escrita
que nos dice que lo que viene va
y lo que va un día ha de regresar.
JCEM