Erase una vez una guacharaca que vivía en lo alto de una colina, junto con sus otras hermanas. Las otras aves la llamaban la guacharaca soñadora ya que se lo pasaba soñando que algún día ella volaría por todo el universo. Así transcurrían los días en puro soñar imaginando que algún día abriría sus alas al aire, subiría hasta las nubes más altas, pintaría su plumaje con azul del cielo, empezaría el recorrido por el mundo. Mientras ella seguía sumergida en su sueño, muchas hermanas emprendieron viaje; Una a una se fueron yendo, la guacharaca soñadora ni cuenta se dio que había quedado sola en la colina; Estaba tan ilusionada con su sueño que ignoraba todo lo que a su alrededor pasaba y transcurría. Y una mañana de primavera diviso a unas aves que venían desde lo naciente del sol. ¿Quiénes serán?... ¿Y porque se aproximan acá? Al detener sus vuelos frente a ellas a penas pudo reconocerlas y sorprendida exclamo ¡Oh hermanas que les ha pasado! ¿Donde fueron? ya no podrán acompañarme en el viaje que hoy emprenderé. Hoy por fin es mi gran día, todas se les quedaron mirando en silencio. ¿Porque me miran así?, acaso he dicho algo malo? o es que no están de acuerdo con lo que dije....no, no ,no eso, contestaron todas y le ofrecieron un espejo, esta lo tomo y al ver su imagen reflejada en el rompió en llanto, que me ha pasado estoy peor que ustedes ,como me paso esto, si yo no he salido de acá. A todas esas preguntadas las aves y también sus hermanas respondieron haz envejecido igual que nosotras, ¡No es posible!... lo es, ¡No me niego a creer esto!...Esto es un sueño ¡yo voy alzar el vuelo! ¡El universo me espera! Pero que desilusión se llevo al querer mover sus alas estaban inmóvil; pues nunca las utilizo para otra cosa, para otro sueño Las reservo solo para uno, en cual se durmió y se perdió de ver tantas maravillas del mundo externo y su interno. Se perdió de conocer al amor, cuentan que este paso pero ella vivía tan dormida, que este se canso en esperar su respuesta y se fue. En una vieja colina una anciana guacharaca murió tratando de mover sus alas para emprender el viaje anhelado...pero la muerte vino por ella. Aun en su último aliento de vida trataba de mover sus alas aun soñaba con su sueño. Esta guacharaca nos dejo dos aprendizajes: El primero: Que hay que soñar bien despiertos y no dormirnos en un sueño. El segundo aprendizaje: Que hay que luchar hasta el último segundo de vida para alcanzar aquello que vuestro corazón anhela, así la muerte en ese intento nos sorprenda...Jamás nos rindamos la vida es bella