Una noche de frio intenso
Que calaba hasta los huesos,
Cubría el paisaje el hielo,
Cubría mi límpido obituario
Un atroz remordimiento.
Esa noche no la recuerdo,
Por el frio que cubría mi féretro,
Pero el sol en su infinito obsequio
De vida latente en su centro
Calentó mi alma fatigada;
de pronto vi que solo era un sueño.