Música no la hay
pero su voz se siente
o es que me engaña mi mente,
llega el baile
el de siempre,
giros de aquí para ya
subidos al tíovivo
de su cruel dueño,
sudores en sus frentes
momentos de delirio
acciones dementes.
Recuerdos surrealistas
ocasiones falladas
ilusiones perdidas,
amantes de la frustración
expertos en mentiras
desertores del presente,
dueños de poca gloria
culpables de su historia.
Adictas colonias
olores que devuelven
los recuerdos del pasado,
grados de alcohol
que en la piel abren
grietas en sus arrugas,
se oyen sirenas
al final del pasillo,
nuevas heridas
viejas cicatrices
sin sangre en las venas,
no hay tiempos felices
para los creadores de penas.
Residentes en la basura
sabanas de papel
habitaciones de cartón,
se come y se bebe
el bar no cierra
abierto 24 horas al día
no hay vasos ni platos
pero si gatos de compañía
Sus ojos
cristales rotos,
miradas perdidas
caras borrosas,
zonas oscuras
imágenes dobles,
sobrados de tiempo
faltos de memoria,
adictos a los ritos
diarios al veneno
huyen con sus gritos
bailando los malditos