Que miseria hay en mi mano
que de hambre me muero un poco,
¿quizás estaré ya loco?
Y por eso apuro en vano
el néctar sobrehumano
que es elixir del poeta…
o tal vez es la receta
para curar otros males
los que están en vendavales
o a la orilla de una veta.
No hay mal que por bien no venga
¿por qué así nací? Lo ignoro
aunque no asiento decoro
ni pudor que a mí se avenga
-¡no hay nada que me detenga!-
Para seguir escribiendo
ya que el día que esté muriendo
mis versos no concluiré
pero en ellos dejaré:
como un inédito aliento.
¡Que me envidien!...no hay pretexto
la crítica me levanta
y el silencio me quebranta
(por eso sólo detesto)
Ser sobra que esta en el cesto
-prefiero de boca en boca
estar- Porque así provoca
que mi nombre nunca muera
seudónimo –cualesquiera-
que con el tiempo se evoca.
==========================================
Sergio Jacobo “elpoetairreverente”