Me desperté gritando ¡ sácame..!... ¡ libéreme..! ¿de que? ¿de que? Me pregunta él
De este dolor que me carcome, me tiene presa ¿no lo ves? Es sólo una pesadilla dice el, duerme tranquila.
Te digo que me duele, ¿estas sordo? No chilles mujer, ve al doctor.
¿Quizas sea solo ardor? digo yo ¡ ese chorizo mal me hizo!
¿o sera el olor del salchichón que se metio en el calzón?
¿estaré embarazada? y de nada me harto.
Embarazada ¿de quien? Dice el
no se, quiza de Ramón el cartero que me dejo un salchichón.
Pero este dolor es dolor..dolor ¿como me lo saco d'encima?
Entonces el me cuenta un chiste sobre una cubana que quizo ser toreador.
Toreaba y meneaba su mostrador una de frente otra d'atras, hasta que el pobre torito bien bravio mareado se quedo.
Esa era su tia bien apetitosa, la que dejo en la dehesa y que le llama a montar.
El torillo que estaba bien confundio y caliente, con mucha valentia tiro palante y a la torera culeo mientras la banda tocaba un pasodoble endiablado;
Los olés subían de las gradas al ritmo del vaivén, la gente se mecía uno palante, ¡ Olé! otro patras
¡ Olé!.
Me partí de risa y el dolor se esfumo con la brisa; bendito sea el buen humor aunque duelan las costillas.
Merche DemBar
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