Y tengo heridas, heridas que callan,
que no dicen nada sobre lo que hablan,
y se quedan mudas, muy bien resguardadas,
cuidando entradas para no encontrarlas.
Para que no entiendas que te llevo dentro,
para que no sepas que sufre mi miedo,
que sin tí las cosas se vuelven de arena,
pues todo es tan seco y todo me quema.
Heridas del alma que nunca se cierran,
tan sólo el tiempo las cubre y las vela,
nunca sanarán ni en la eternidad,
se quedan grabadas en la soledad.