Soñamos juntos, juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto no le importan
tu sueño, ni mi sueño.
Somos torpes o demasiado cautos
pensamos que no cae esa gaviota
creemos que es eterno este conjuro
que la batalla es nuestra o de ninguno.
Juntos vivimos, sucumbimos juntos
pero esa destrucción es una broma
un detalle una ráfaga, un vestigio
un abrirse y cerrarse el paraíso.
Ya nuestra intimidad es tan inmensa
que la muerte la esconde en su vacío
quiero que me relates el duelo que
te callas por mi parte.
Te ofrezco mi última confianza
estás sola, estoy solo pero a veces
puede la soledad ser una llama.
autor: diego zarate