Isaac Amenemope

HOMBRE AVE (vuelo meridional)

TÚ,

desde Orión hasta cualquier mar salvaje,

como el haz de oxigeno que combustiona en mi cerebro,

YO,

ave con su balbuceo se dispone a dormir sin sabanas,

sin desnudos,

sin desvelos,

se abreva concienzudamente con un fondo lúgubre

y para nadar un cosmos...

 

como una ciénaga de luces

quienes distantes se acoplan

para formar una nueva rielante lagrima,

un apacible y seráfico suelo,

ahí Mi Ave se hace Dios,

cavila y mira,

desde el elevado mas sereno a tierra baja

y se hace Hombre

baja a tierra....
 

para dormir entre tus sueños....

nuestros cuerpos son los lotos abiertos

enseñando el seno perfumado de la madrugada,

son los capullos del alba,

que los dedos hilanderos de Sol

se atrevieron a tejer durante el día,

cuanto cabe en el sueño

del seno de nuestra madre Tierra,

una tenue eclosión quizá...

las abiertas estelas de Orión,

que todavía ayer se encontraban bajitas,

como la rapidez del vuelo de nuestra Ave Dorada,

como el riego saturado de pólenes,

cuan lenta fluye el agua del Rio,

envuelto en miel,

me veré de nuevo como ahora,

contaminando de repente

por una impensado aleteo de mis alas,

por el poderoso impulso

que nos arranca el destino.....

 

ya estoy conforme con tu Alma,

con tu Corazon,

tu Energia,

tu Eternidad,

Tu Vida,

y hasta te puedo sentir

  paseando en el viento de sueños,

Que se acerca a mi por la pulpa de mis dedos,

cuanto anhelo para tu bienestar,

y cuanta curiosidad para algunos

de tus irretraibles momentos....

no quisiera que estas fuesen mi palabras,

el enorme respeto que hoy habita conmigo

se afina a la distancia,

y extiende las huellas de mi parecer

hasta rozar tus plumas,

las cejas en tus ojos,

tus labios,

y tus brazos como alas...