Si tuviera el coraje de decirte
las cosas que me callo y ser sincero contigo
quizás fuera un extraño
o un ido
o un extranjero
o quizás comprendieras por qué busco las sombras y reniego
del sol en los veranos,
pero ocurre
que quien salva el amor, quien lo mantiene
es el miedo a perderlo
todo cuanto te he dicho sólo ha sido
vanidad literaria,
palabras
con aroma de cóctel y el mar en otro idioma
mas debieras saber que ya hace tiempo que en todas mis mentiras
se incendiaron los árboles,
que si acudo a los mítines y me tomo pastillas es que trato
de ahogarme en optimismo y sublevarme
contra el dolor ajeno
y creer que a mi edad aún es posible escuchar las caracolas
deberías saber que cuando dije te quiero yo era un náufrago
perdido en una isla y sólo tú
entendiste mi lengua,
sólo tú
te atreviste a mirar en los renglones torcidos
de una página en blanco
y si escribo poesía es porque quiero probar si una metáfora,
otra forma de hablar
o un adjetivo
-y a pesar de mi nombre-
te logran convencer de que los miedos que oculto
son parte del paisaje.