Hoy me levanto temprano, hoy ni equipo va a jugar.
El Club Sport Herediano, tiene ansias de triunfar.
Tengo puesta su camisa, estoy dispuesta a gritar,
con bandera y ya con prisa me dirijo hacia el lugar.
Camino a la cancha pienso...¡Hoy tenemos que ganar!
Si ganamos el partido vamos la tabla a escalar,
hoy estamos de terceros, subimos con sólo puntuar.
Más lo malo es que mi equipo es visita del rival.
Ya me encuentro en el estadio, la cosa me pinta mal.
Miro hacia todos lados quiero un buen sitio encontrar.
En territorio enemigo, es dificíl caminar,
no encuentro espacio vacio...¡Gradería a reventar!
Aparecen los equipos, el partido va a empezar...
Ahora agudizo la vista, atenta estoy a mirar,
como alinean los equipos y quienes van a arbitrar.
Ya se realiza la rifa, se da el pitaso inicial.
¡Madre mía! Que estresante: nos comienzan a atacar.
La defensa titubeante...-paliza nos van a dar-
¿Dónde está la media cancha, por qué juegan para atrás?
El portero...¿Qué está haciendo? ¡Así nos van a golear!
Agitada la tribuna apoyando sin cesar,
yo sentada en la butaca que no puedo ni chistar.
...Allá se cobra la falta... - el susto me va a matar-
que se acabe el primer tiempo, que vayan a descansar.
Ahora reinicia el partido, otra vez a suspirar...
en territorio enemigo es tan dificíl jugar,
¿cuánto tiempo ha transcurrido, cuánto falta para el final?
Ese réferi vendido...¿cómo pitó ese penal?
El aliento contenido ¿quién será el que va a patear?
No se escucha ningún ruido, van a lanzar el penal...
Mi corazón afligido, palpitando a reventar...
El árbitro toma su pito ¿cómo va a pitar final?
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