Los mojones del almas
Limitan derroteros en desbandas,
Descalabros completos,
Aludes por doquier,
Voces que se sumían nocturnas
Como aullidos desesperados
En los raudales de la conciencia.
Exasperado con los labios cerrados
Se mira el horizonte del mañana
Para cubrirse de tizne maloliente la cara
Y ese sudor insoportable
Que delata impaciencia
Por vivir con el espíritu en paz
Aferrándose a alguna esperanza vana.