Hervor
Derretida entre tus manos
y acalorada por tus besos,
algo late en mi y no es el corazón.
Siento que mi alma hierve…
Cuando cae la noche
y no te enciendes en mi habitación,
vuelvo a ser como la vagabunda
y solitaria luna,
añorando convulsiones vaginales.
Es la soledad que abunda
entre mis carnes ardorosas,
que extrañan tus piernas,
enredadas con las mías…
Es mi deseo que te busca,
con mis pezones carnosos,
ansiándote hasta el amanecer…
con la entrepierna bañada.
Siento que mi alma hierve…
y no lo disimulo.
El fuego es el cincel
con que visto mi cuerpo
cuando tú no estás.