Eres las luces extrañas
de un reflejo que se fue,
discreto engaño con disfraz pequeño,
inquietos están tus ojos siniestros,
en este baiven del adiós.
Es que acaso un canto
de la orden perdida,
una oda a las clemencias marchitas.
Ingrato pasado de sueños fingidos.
Tienes ahor ala piel desnuda
avisando que el mal se aproxima,
dicen que los días ya dijeron
que tu jugaste con mi amor
y lo pasaste al reverso,
me duele prestarme
para dar a quien nada merece,
que me puedes ofrecer
que no sepa a hiel,
por que me lastimas
con tanta violencia
ofendes a aquella
que te dio la vida,
te olvidas que soy mujer
por que me das cardo y espinas
y este veneno tan amargo,
es absurdo amarte lo se
eres pérfido como
las tres capaz de oscuridad del tártaro,
aunque hoy hagas de mi
la mas desdichada,
ya vendrá una nueva mañana
y con ella el que diga es mi reina,
mi bello amor, por la que lucho
por la que clamo por su amor.