Tocarte, me muero por tocarte, sueño con tocarte, por observarte, toda nívea toda pura, toda linda, te imagino desnuda conteniendo el cálido sol que baña tu cuerpo, tranquila, sosegada, recostada, esperando la caricia.
Y ahí desde lejos empiezo a amarte, a acariciarte con la mirada, desde antes de que te desnudaras, te observaba, te tocaba, continua a mi, cerca de mi.
Es entonces, cuando me acerco, dirigiéndome en línea recta hacia ti, sin apartar la mirada de tu cabello, de tus ojos, de tu cuello, de tus hombros, de tus senos, de tu vientre, de tu vello, de tus muslos, de tus pies tan bellos, programado para encerrarte en los trazos de mi tacto.
Llego junto a ti, con propuestas de caricias por descubrir, tocando suavemente tu piel, recorriendo con mis manos la geografía de tu cuerpo. Y venzo el miedo a tocarte, tengo miedo de tocarte, porque cuando deje de tocarte seguro muero, tu piel será mi piel, tu respiración mi respiración, y ya no seré yo solo, seré en parte tu y tu serás en parte yo.
Que belleza la plenitud de tu cuerpo, la acuarela de tus pezones coronando tus senos, mis labios reposando y jugando con ellos, Bajan mis labios por tu relieve hacia la emboscada de tu entrepierna desforestada, de colores rosáceos, como el color de la sidra, como el sabor de la sidra que invita a la degustación y al placer, al olvido y a la concentración de ese maravilloso paisaje que se abre a la observación y a la contemplación del deseo contenido.
Y mientras mis labios te besan mis manos te recorren, y el sol te baña y te calienta, mientras mi mirada secuestra tus sentidos imaginando tu mirada, oculta detrás de los parpados cerrados, meditabundos del palpitar, del pensamiento en la caricia.
Muero por tocarte, por besarte mujer misteriosa, los encajes quedaron a un lado, como vencidos, mientras tanto se acuesta la tarde, dejando paso a tus ojos para iluminar mi luna, luna llena.
jordi