Llegó, se posó al filo de su cuna
Le trajo en sus alas un divino mensaje
Y le dijo: ''Vivirás, es tu tiempo, dejo
En tu corazón la fortaleza y el deseo
Infinito de vivir,
Le sonreirás a la vida y patearás los miedos''.
Dejó en tu hoja en blanco
Una frase inicial para tu vida:
''Estoy y estaré siempre contigo''.
Y se hizo la luz.
Dos operaciones y miles de oraciones
Miles de lágrimas de angustia
Y luego de alegría por sabernos bendecidos.
Se hizo la luz; y la esperanza
Siempre vigente, cobró razón de ser.
Tuvo sentido espiritual y moral.
Hoy, pequeño Tomás Emmanuel
Eres la luz, eres un nuevo regalo de la vida
Y la razón para saber que el amor,
Lo puede todo, que es capaz
De sembrar luz en las tinieblas
Que es capaz de hacer retoñar
Un troco seco y hacer brotar de él
Las flores más hermosas
Que perfuman la alegría.
Y nos queda por decir:
¡Gracias Padre Celestial
Por el milagro de la vida!