Lástima que no te hayas dado cuenta
que desde que yo te vi no soy el mismo.
Siento que no hay nada más que abismos,
que la vida de mí, burlarse intenta.
¡Ay! si de tu corazón dueño fuera,
mas ni tu amistad apenas tengo,
en mi corazón tristeza retengo
y me escondo en la más profunda hoguera.
Decaigo por tu mirada en resplador,
la timidez me impide embarcar en ti.
¡Ay! si supieras, ¡qué pena amor!
Te amo y ¡te amo! y eso me causa dolor;
puedes salvarme pero no lo sabes
¡ay! si supieras...¡Qué pena!, amor.