La cosa sucedió más o menos así:
Carlos le dijo a Gustavo que el otro día había visto a Óscar platicando con una mujer más bien feíta pero simpática, que si la conocía. Gustavo respondió que no y cambió de tema, pero una hora después le dijo a Bárbara que si ya sabía que Óscar estaba saliendo con un cuero que, por supuesto, no era Lilia. Bárbara le contestó que era de esperarse, y le habló por teléfono a Martha para decirle que se había enterado de que Óscar tenía amoríos con una fulana que trabajaba con él. Apenas colgó, Martha le dijo a Rodolfo que Bárbara le había dicho que el cabrón de Óscar engañaba a Lilia, y que probablemente se divorciarían. Rodolfo, por su parte, le comentó a Martín que alguien le había dicho que Óscar mantenía relaciones con una rubia fenomenal, y que Lilia lo sabía pero que no le reclamaba nada a Óscar por temor a que la abandonara. Martín le anunció a Lorena la inminente separación de Lilia y Óscar, por lo que Lorena se apresuró a llamarle a Nuria para que viera la posibilidad de que Jacobo asesorara a Lilia ahora que, por culpa de una mujerzuela sin escrúpulos, tenía que divorciarse de Óscar. Nuria, claro, dijo que sí, que cómo no, y a continuación, y entre beso y beso, le pidió a Jacobo, quien de casualidad se encontraba de visita en su casa, que no fuera malito, que le ayudara a Lilia a divorciarse del monstruo de Óscar. Jacobo, entonces, no pudo ni quiso negarse a satisfacer la petición de Nuria y de inmediato le telefoneó a Sergio para decirle que empezara a hacerse cargo del asunto en cuestión, aunque, hemos de aclarar, no tenía la menor idea de quiénes eran Lilia y Óscar. Éstos, entretanto, no supieron que estaban en vías de divorciarse, sino una o dos semanas después.