Mona le dijo a Lisa
que lisa y llanamente demente estaría
si ella creía
que alguien la pintaría un día.
Lisa se opuso a Mona
diciendo que de seguro aparecería
un pintor de reconocimiento
en pleno renacimiento
y se fijaría en ella.
Mona no imaginaba besar las estrellas.
Lisa se sentía bella.
Da Vinci un día se encontró con ambas
y les propuso hacerlas doncellas
pero unidas en una sola
para toda la eternidad.