Tengo miedo amor,
me siento desprotegida, sola,
poco querida alejada de tu calor.
Me cubro con las sábanas
pero mi desazón no se calma.
Doy vueltas en la cama y enciendo la luz.
Nadie vela por mis sueños.
¿Dónde estás tú?
Nuevamente a oscuras
son casi las tres de la madrugada.
El reloj sigue marcando cada minuto
y cada sonido es un tormento.
Una noche más en la ciudad
donde las estrellas no se pueden revelar
y los ruidos escandalizan,
donde parece que el silencio no existe
excepto en mi alrededor de sombras y de nadas
donde hace eco el vacío interno
y se despiertan mis fantasmas.