Escamada se torna mi tez
por la ausencia innecesaria de caricias.
Escamas surgen en mis manos
que sangran acariciando la piedra.
Escamado está mi oído
que no sabe de palabras tiernas.
Escamas en él ánimo
cubierto de reproches.
Escamado está mi ser
de cabeza a pies, de pies a cabeza
Escamada tengo el alma
De tanta Soledad y tú Silencio.
Alejandra Burzac