Me robare una nube en el trayecto
el trino de la boca de un gorrion
tambien la estrella mas leve del cielo
y el tiempo de las manos del reloj
voy a dejarte el alma de mi cuerpo
el fuego de mis ojos y el calor
que sale de mi aliento y de mis dedos
para entibiar toda tu habitacion
((Edgar Oceransky))
Te miro como soñando
con una realidad única
auténtica y enigmática…
Como siendo tuya
hasta en tus sueños…
Invocando tus latidos
con suspiros nocturnales
yace mi cuerpo desnudo
esperando tu llegada…
La luna da luz a la silueta
que tu acariciaras
en los sueños de
dulce otoño cálido…
Te amo, en espíritu
en alma, con el corazón,
con la vida…
Amémonos con la carne,
quédate en mi piel…
Naufragamos en nuestra
excitación, perdiendo
el tiempo y la distancia…
Me haces tuya, soy tuya,
te congelas en mi piel,
permanecemos juntos,
tu dentro de mi,
vaciando tu intimidad,
humedeciendo nuestro
ser, nuestro mismo ser,
nos mezclamos, el corazón
se hace uno, y late al paso
de nuestros espasmos…
El viento de otoño
nos cobija de madrugada,
nos arrulla aun dormidos
tu acomodado en mi almohada
y yo, durmiendo en tu pecho…
Soñando que nos volvemos
a pertenecer tiernamente…
((Aun hay tanto que decir, tanto que sentir, no existen palabras para describir tanto amor dibujado con pasión sobre las sabanas))