Gerardo Barbera

LA GOTA DE SUDOR

El azul es demasiado intenso,

como la agonía del perfume,

  como las últimas lágrimas del día,

tan tristes que se van despidiendo

sin esperanzas, con las manos vacías

igual como ha llegado la tarde

con ese aroma a sombras fúnebres

y con el terror de la enfermedad dolorosa

se apagaba lentamente el respiro

de un hombre que hace años soñaba

con alcanzar la gloria y el amor,

ahora, abadonado muere tendido

como una barca vieja dejada en el olvido.

 

 

Ya nadie hablaba de aquel héroe,

hombre  como han nacido muy pocos,

luchó contra nuevas y viejas dictaduras.

Ahora, una de sus manos cuelga de la cama,

una gota de sudor rueda por el rostro inerte,

ya no le quedan más luchas, ni amores,

aquél viejo luchador, sólo espera la muerte.