Voy camino sin caminar a la deriva
en un rumbo conocido sin conocer
al que no sé, si puede o no puede ser
exista un final, de mi alma, muerta o viva.
La ruta es amplia, es a babor y cursiva
señalando así una vía irrevocable
lugar exacto al que me voy a dirigir
un punto valido de risas para sufrir
una zona, por completo inigualable.
Ya noto como en el agua es palpable
que si allí aprendes a nadar te ahogas,
que hay alucinaciones libre de drogas,
no existe para querer lo que quieres,
lo que deseas ser te lo impide lo que eres;
para el que va a ahorcarse no hay sogas.
Y si te sobra comida, de hambre te mueres.
La travesía hacia donde ahora me dirijo
también presenta un karma de placeres
brindados por distintos y diferentes seres
servidos a gusto en un dilatado plexo
con luces largas para llegar al nexo
de deseos jurados en una bella playa
en la que ni agua, ni arena, ni ola se haya
porque están definidos... y no se sabe su sexo.
Voy a mi recorrido de felicidad condenada,
de sentencia libre pero en cárcel a su modo
voy directo a mi anhelada alegría de todo
donde ahorca la sonrisa... y la felicidad es nada...
Alviz Neleb
Septiembre 13 de 2011
07:46 p.m. - Martes