Te busco en el tiempo y te encuentro
En la intensidad de mis poemas
Y una lágrima furtiva se precipita
Sobre los versos que te nombran.
Y pretendo ser árbol, el más alto
el de ramas más empinadas
para desde lo alto mirarte, buscarte
y contemplarte aunque la distancia
se vuelva una verdad amarga.
Abro las ventanas de mi ansiedad
Y no te encuentro ¿dónde estás?
¿Por dónde van tus pasos,
Dónde tus silencios?
Que solo te encuentro en mis lamentos.
Y la triste realidad llaga mi alma
Y lacera más y más mi sonrisa.
Esperándote me convertí
En un compás de espera…
¡No estás! Y estoy con un pie en el precipicio
Y caeré en el abismo de mi desesperanza.
¡No estás… no estás… nos estás!