Alexander Vortice

GÉLIDO BLUES

Agárrame de la sien

y piensa por mí en lo que no es,

lo que está por venir y no vendrá.

Suelta a los perros ávidos de sangre

cuando el sudor sea lujuria

de pieles muertas y exquisitas,

haz que el gélido blues

se funda con los preludios

de esta metrópoli cimentada

en farsas y billetes subsidiarios.

 

Sopórtame

si soy soportable;

revísteme con jarabe de incienso,

transmútame, instrúyeme

en el arte inicuo de acariciar

amaneceres de entusiasmo gélido

y vagabundeos erráticos.