Busquemos en la otra puerta
la que deja salir el dolor y el silencio.
Tal vez tenga la fortuna
de darnos por asiento, la cordura
Si no es esa; la otra o la otra
que se abrirá alguna
para dejarnos paso
que nada enturbie lo sensible
que nada nos limite en esta huida
detrás de esa puerta
está la felicidad...dormida.