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AUN ES TIEMPO (AUTOR-CARLOS LOPUS, UN AMIGO)

AUN ES TIEMPO   Te veo en la noche vida mía, recuerdo cuando era distinto cada dia. No había silencios,  solo hablaban las miradas. Las caricias surgían de la nada, al tiempo que los cuerpos con ellas se extasiaban.   No habìa... miedos, temores,  ni nada que en nuestra confianza hiciera mella,  no había lugar donde estuviéramos que al momento  no lo poblaran las estrellas...   Leías mi deseo en la mirada y siempre estabas pronta a regalarme tu ternura, yo me deleitaba.... gozando tu indómita y desnuda hermosura, mientras mis manos subían lentamente, acariciando el universo en tu cósmica cintura.   Asi... entrelazados,  mágicos y plateados, unidas nuestras almas ascendíamos las alturas.   La música suave... sonaba en la distancia, mientras los labios recorrían palmo a palmo nuestros cuerpos, sin llegar a saciar esa sed  que nacía en la mirada y simplemente estallaba... en loca ansia.   Vestíamos de noche y misterios la alcoba, la luz de una vela alumbraba los cuerpos que danzaban a la luna.   Vestida de estrellas acudías a mi lado... rodeada de luz, de universos y galaxias te deslizabas en la cama. Mientras impaciente sonreia... esperando al ser que tanto se ama.   Subías lentamente por mis piernas, escalando cada recodo de la mágica montaña. Allí te posabas... desafiante y vencedora, llenando de luces el cielo,  que pronto alumbraban  mil linternas.   Sabias el secreto... de cada movimiento que surgía, allí depositabas tu dulzura, dominando con ternura mi bravura, acompañando con mágicos susurros mi entrada al mar donde me hundìa.        Suavemente devolvía cada gesto, besando tus labios, tu cuello, tu cuna,  mis manos hablaban rompiendo su silencio, trazaban surcos en el cielo caminos en los pechos,  donde alojabas a la luna.   La ansiedad... se iba poco a poco disipando a medida que tomábamos lo que estábamos buscando, el volcán estallaba y su lava... bajaba lentamente tus laderas, derramando parte de la vida que vendria. Llamando... con un grito silencioso a otras almas, que poblaran las praderas...   Las caricias... cálidas continuaban y te dormías en mi pecho esperando la mañana, aguardando el nuevo sol del día de amor que el Creador nos regalàra...   Hoy... duermes plácida y relajada sabiendo que todo en la vida tu lo has dado, te miro con ternura, sin poder evitar que mis ojos se conviertan en dos lagos, recordando... cada imagen del pasado.   Es cierto que el tiempo tu piel ha marchitado, que la vida también nos ha golpeado. Pero ambos hemos crecido y madurado.   Hemos cambiado el fuego por la calma, despejado nuestro prado de maleza y logramos transformar en seducción, lo que antes fue torpeza...   En èl... hoy corretean los retoños, que están intentando armar su nido y no puedo evitar ver en ellos, lo que antes ambos hemos vivido.    Asi... me quedo en la penumbra, mirándote en silencio... esperando, la luna que no alumbra, esperando  que el misterio... vuelva a llenar este vacío, que se ha hecho carne  y sin desearlo ya siento como mío, sin poder encontrar como decirte que vengas como antes a mi lado,  que ni siquiera el tiempo a este amor ha derrotado, que aun te amo de verdad, que por siempre... seguirás siendo mi mujer, mi amada y mi amante.   La que aùn... estremece mi piel con sus caricias. La unica que puede  vencer la soledad que en mi alma intenta hacer su nido.   Te miro alli dormida dejando  que mi alma... se acurruque en un recuerdo, y la pena... llore silenciosa en mi pecho conmovido.   AUTOR  Carlos Lopus