hebras de blanca niebla
con esa siniestra sonrisa
de serenidad y vergüenza
postergando la brisa
para dar espacio al silencio,
silencio que bien podría ser derrota,
derrota por sosiego.
Que busco y no te busco
apareces y no te encuentro
quédate quieta un segundo
solo para mirar el humo
de la fosca tersa,
del cigarro ingrato que fumo
no me llames ni loco ni cariño
pues no escucho mas que un sonido
en la visera que llaman corazón
quisiera tenerte pero ¿como?
si la furia del licor no tiene compasión
donde, ¿donde te busco?...