A qui estoy, imaginándote,
como todas las tardes,
cuando gozo de tu dulce compañía,
pero no se pueden comparar
las tardes sin ti,
se sienten vacías,
son interminables.
El tiempo no avanza, se detiene,
como esperándote llegar,
no sabe quizás que hoy no vendrás.
Una ráfaga de viento,
una risa lejana,
un aroma a jazmín,
un perfume, un silencio,
una mirada perdida
que no encuentra el consuelo de tus ojos.
Las tardes sin ti,
no saben a nada,
no huelen a nada.
Sigo tratando de escapar,
de este momento y
Un vacío perturbador
que me indica tu ausencia.
Suspiro y me digo en silencio
Que tarde perversa…
Néstor Cristian