Éramos cuerpos fluidos, observados
Valle que muere de placer. Átomos, moléculas,
Células.
Dos madonas venusas que regalaban,
Su gozo a miles de ojos. Tú y yo inmortales.
Sin más insistencias con igual química...
Allí nuestro gozo era quimera...
Astro ardiente tu cuerpo de estrella,
Fundió mi gloria. Asterisco de mi centro.
Colmaste mi Venus y nos hicimos,
Jardín hermoso prohibido a todos los ojos...
Y te hice MIA. Alma MIA en una paz inolvidable...
Yo alma osada no quiero más que tu delirio,
De tu boca.
Tus besos, el néctar grandioso,
Que se vence a tu locura, te alzo en mi trono,
Y te corono al verme vencida a tu duelo...
Que inmensidad que grana de oro ilumina,
Tu rostro.
Que cosechaba el culminar con esplendor,
Y al llegar al río fluido, extasiadas inundamos,
El valle que vuelve a ser frondoso y muere de placer
Para ser maravilla a los miles de ojos...
Y tú y yo somos diosas desnudas,
Que dibujan corazones libres en el aire.
Autora: Jade Bueno