Cuando tú me das tu amor, a la luz de las estrellas,
mi vida se regocija, porque tú la haces más bella.
Nunca, nunca te preguntes si guardo alguna querella.
tú sabes que tras tus pasos, yo voy pisando tus huellas.
De lo que no conocía, ahora está mi vida llena,
porque en tus brazos me siento como un rey en hora buena.
Quiera Dios que no me faltes cada vez llegue a tu puerta
tú sabes que moriría mi corazón por la pena.
Mujer que sabes quién eres que eres luz de mis poemas,
en cada estrofa que escribo, me inspira tu belleza.
Es tanto lo que te amo que te haré una diadema,
robando brillo a la luna sea menguante o luna nueva.
Hasta en las noches de brujas mi memoria te recuerda,
porque una noche de brujas fuiste mía sin reservas.
Cuando tú me das tu amor, alma mía, mujer buena,
hasta en las noches oscuras mi alma está más serena.
Ya la semilla de amor Tú y Yo tanto hemos regado,
porque en las horas sin verme yo sé que tú has llorado.
Mas todo no ha sido en vano porque algo se ha logrado,
y es que viva yo por siempre, de ti siempre enamorado.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita