Hoy me ofreces la mano amigo,
cuando ya no hay una causa...
Cuando mis penas pasaron
dejando herida mi alma.
¿Por qué te llamas amigo
si no estas cuando haces falta?
Se levanto un muro inmenso
con mis lágrimas saladas.
¡Pero no temas, queda mi palabra!
Quizás algún día te haga falta,
yo siempre estaré a tu lado, cerca
tendrás mi mano para estrecharla.
Mi corazón herido, rencor
ya no te guarda.
Solo tristeza que no estuvieras
en los momentos duros,
que no calmaras la angustia
que lleno mi alma.