Si hay algo que a mí me agrada
y de verdad no sé cómo,
es cuando tú enamorada
apoyas tu cabeza en mi hombro.
Ya lo haces con certeza
y con eso me conformo
cuando descansa tu cabeza
reclinada sobre mis hombros.
Mis hombros te dan asiento
de la forma consabida
y reboso de contento
si allí te quedas dormida.
Mi hombro es el aposento
donde reposa tu cabeza
allí duerme el sentimiento
para que en sueños florezca.
Si hay algo que a mí me agrada
en estos versos lo expongo,
y es ver tu cabeza desmayada
reposando aquí en mi hombro.