Se caía el cielo a mis pies
Presa de un caudal de emociones,
Era una sonata de donde se dividían los hemisferios
Un segundo dentro del espacio
Que rompía el curso del orden
Se desplazaba entre la bruma del humo
Y dejaba tras de si
Un inmune saco de palpitaciones
Y regresaba cual fuente de lágrimas
A acampar en la montaña
Impregnada de sustituciones.
Era como llegar al terreno labrado
De donde la vida brota
Y encajar allí los vértices de las emociones
Cubrirlas con alguna semilla de nostalgia
Y dejarlas naufragar entre el lodo
Era allí donde me encomendaba al riesgo
Cual invierno venidero sin avisos
Dejando el cauce colmado de estrellas
Donde detrás de ellas corría el cosmos
Atravesando vendavales de cometas nocturnos
Encolerizando al ave que atraviesa su grandeza
Intentando trepar el Ojo que esculpe
El espejismo que nos refleja;
Con intentados arrebatos despojo el alma viajera
Corriente abajo la dejo posar
Desnuda entre las sabanas mañaneras
Que forzadas a atravesar la respuesta destino
Muere sobre el aura envuelta en un enjambre de espinas...